Quesea a tu rollo
Pero Quesea con quesos de España
Un alimento “top” de la gastronomía española y un pilar fundamental de la saludable Dieta Mediterránea. El queso es uno de esos alimentos que nunca faltan en la nevera de los hogares, que cada vez se hace un mayor hueco en la alta restauración. Y es que es un alimento “delicatessen” que marida con un sinfín de platos y bebidas.
Frescos, de pasta blanca con mohos externos o corteza lavada, quesos con mohos internos, de pasta prensada, fundidos…. Pocos países pueden presumir de tal variedad de quesos con o sin Denominación de Origen o Indicación Geográfica Protegida, desde los más suaves hasta los más intensos, con diferentes períodos de maduración. Lo más importante es descubrir entre este gran abanico de propuestas, los quesos que mejor se acomoden a nuestros gustos y preferencias. Y también a cada comida, momento del día, ocasión. Los maridajes son casi infinitos.
Por cierto, no olvides una buena botella de agua mineral (o con gas, por qué no), que servirá de gran ayuda para la transición entre quesos más suaves y los más fuertes, junto a unos “picos” o “regañás”.
Quesea con cerveza
El sabor suave a trigo de la cerveza marida con los quesos blandos como los de cabra.
Quesea con cava
El cava y los vinos espumosos ayudan a limpiar tu boca y disfrutar de varios tipos de queso durante la misma velada, incluso el manchego, que tradicionalmente se ha vinculado mucho más con los tintos.
Quesea con vino
El queso y el vino combinan estupendamente debido a los taninos del vino.
A mayor curación, los quesos “piden” vinos más rotundos y gastronómicos, crianzas y reservas, tanto blancos como tintos, aunque también te puedes atrever con los versátiles rosados y con los siempre apropiados “vinos de postre”, como amontillados, de Jerez u otros “vinos dulces”.
Hasta el vermut es perfecto para los quesos con personalidad, de sabor fuerte, a la hora del tradicional aperitivo diario.
Quesea con té o agua
Por su parte, el té negro, el té puerh o el té oolong son también muy ricos en taninos y realzan el sabor del queso, de forma similar a lo que ocurre con el vino.
La temperatura del té despierta una serie de matices y texturas del queso que solo percibimos al beber una bebida caliente y aromatizada como ésta.
Quesea con membrillo
El queso y el dulce membrillo siempre apuntan a tándem ganador.
No hay mejor combinación entre alimentos, que casan en esta ocasión “como un guante”, y que es muy apreciada por la mayoría de los paladares, hasta los más exigentes y refinados.
El membrillo procede de un árbol de origen asiático aunque ya forma parte indisoluble de nuestra gastronomía. Mientras, el queso contiene minerales y vitaminas, siempre un aliciente para no prescindir de los nutritivos y saludables lácteos.
Quesea con fruta
Uvas, manzanas, higos o fresas maridan magistralmente con los quesos. Y, especialmente, cuanto más dulces son las frutas, mejor se acomodan a los quesos semicurados o curados.
Pero, entre todas las propuestas, siempre nos quedamos con las “uvas”, al menos por la carga romántica que envuelve a esta combinación “afrodisíaca”.
Ya sabes lo que dicen “uvas con queso saben a beso”.
Quesea con chocolate
Seguramente no todos piensan en el chocolate como acompañante ideal del queso.
Te animamos a probar esta explosiva mezcla, rallando un poco de chocolate negro encima de una tabla con tus quesos preferidos.
No sólo será una explosión de sabor en tu paladar sino que, además, te dará toda una carga de energía. ¿Te atreves?
Quesea con salmón ahumado
Este sabroso pescado sabe mucho mejor acompañado de quesos cremosos de sabor suave.
En aperitivo o como plato principal, salmón y queso son dos productos simbióticos que no faltan en cualquier bar de tapas o de pinchos, o en un restaurante de altura. En casa, es una de las alternativas más sencillas y saciantes junto a una ensalada, y un plato más que refrescante durante los meses de canícula.
También como entrante en ocasiones muy especiales, como las festividades de Navidad, para disfrute de toda la familia.
Quesea con mermelada
El queso de cabra es todo un regalo para el paladar acompañado de miel o afrutadas mermeladas.
El dulzor de la miel y las confituras y el punto salado del queso provocan toda una explosión de tus papilas gustativas. Una alternativa para los más golosos.
Tanto en platos principales, como en entrantes o postres, estas combinaciones son muy fáciles de preparar y degustar en buena compañía.
Quesea con verduras crudas
¿Te imaginas una buena selección de verduras crudas cortadas en bastoncillos, como zanahorias, pepinillos o apio, acompañadas de un queso untable o fresco? Si no lo has probado, es una combinación de lo más sabrosa, nutritiva y saludable.
Las verduras siempre son una apuesta segura, incluso en salteados, fritos o a la plancha, con alguno de los fabulosos quesos que proporcionan las industrias queseras en toda la Península y territorios insulares.
Quesea con frutos secos
Los frutos secos son otro de los “clásicos” cuando hablamos de los mejores alimentos para tomar con quesos. Los pistachos, nueces o almendras van muy bien con quesos curados y las castañas con quesos tiernos y el cada vez más en auge “rulo” de cabra.
En cualquier caso, no olvides poner los frutos secos -tienen además un efecto saciante y son cardioprotectores– cuando elabores una tabla de quesos y añade también alguna fruta deshidratada como pasas, ciruelas u “orejones” de albaricoque. ¡Para chuparse los dedos!
Quesea en ensaladas, pizzas y pastas
Para añadir a nuestras ensaladas van muy bien los quesos frescos de textura blanda, como el queso Burgos. También podemos alegrar las ensaladas con quesos semicurados combinados con fruta. Si nos gustan los quesos algo más intensos, el queso de cabra en una ensalada con higos es éxito asegurado.
De igual modo, un queso de cabra curado o manchego curado son ideales para la pasta. Y los quesos azules se derriten bien y, en consecuencia, si los añadimos a la pizza, le daremos un toque diferente.
Si mezclamos tu queso preferido, con mantequilla o nata, obtendremos una salsa insuperable para acompañar alguna carne, una pasta o platos de verdura. Recuerda que el queso será uno de tus grandes aliados en tu cocina, con mil y una variedades para rendirte a su explosivo sabor.
Quesea en el postre
La “tarta de queso” es uno de los postres más demandados en los restaurantes de todo el mundo. No hay mejor forma de terminar con un menú “redondo” que recurriendo a esta alternativa que nunca defrauda.
Pero no olvides que el queso forma parte de un sinfín de elaboraciones gastronómicas más, e innumerables postres y “panacotas”, especialmente idóneos si se acompañan con frutas o cítricos.
Cada vez son más los españoles que descubren “las tablas de queso” de postre, una modalidad mucho más extendida en otros países europeos pero que empezamos a descubrir y a disfrutar.